En el corazón de la Gran Vía, LYA 67 es ese rincón donde la vida sucede sin prisas.

Aquí el tiempo se detiene para compartir una charla, saborear un pan de hogaza recién horneado o dejarse envolver por el aroma de un guiso de los de antes

Cada espacio de LYA 67 invita a quedarse. El aroma del café, el bullicio amable, las tertulias que animan el ambiente y los platos que evocan recuerdos de casa. Nuestra propuesta no es alta cocina, es cocina sin pretensiones, pensada al detalle y servida con ese calor que solo se encuentra donde te cuidan de verdad. Como en casa de los abuelos: sencilla, generosa y difícil de olvidar.

En LYA 67, hacemos de lo cotidiano algo especial. Y eso, se recuerda.